Para un trabajo que estamos haciendo entre el profesor Oscar Alfranca (ESAB - UPC) y yo sobre agricultura periurbana he estado revisando la bibliografia local sobre una comarca de la Región Metropolitana de Barcelona (Cataluña, España).
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Zona agrícola de huerta en Tiana (Al fondo se ve Montgat) |
Es curioso observar interesantes estudios que hablan de la incidencia del oídio en la viña a mediados del siglo XIX (Nadal y Urteaga, 2008). Esto explica la evolución de los cultivos y del paisaje.
Hay artículos que hablan de los cultivos de huerta en la zona que estamos estudiando (Montasell, 1982).
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Callas Flor Cortada (Teià) |
También hay un artículo, muy interesante, sobre la planta ornamental (Marfà). El autor habla del cultivo del clavel, no pudo prever a finales de los setenta, que en el año 2017 este cultivo habría desaparecido casi por completo de la zona de estudio.
Pero el que más me ha sorprendido es un artículo de 1985 (Mateu) que trataba sobre las desaparición de la actividad agraria en las comarcas que rodean la ciudad de Barcelona. El autor dice (traduzco del catalán) : " La agricultura ... es de tipo residual, que desde los años sesenta hace su papel de agricultura periurbana, con pocos y débiles indicios de salir de esta situación". El autor atribuye en los años 80 una connotación negativa al adjetivo periurbano. Hoy en día nos puede sorprender, pero en los años 80 los espacios periurbanos se veían como zonas a la espera, dónde se colocaban las actividades que la ciudad no quería, como por ejemplo: almacenes de chatarra, zonas de despiece de coches, almacenes de gas butano, huertos ilegales, etc. En una palabra zonas marginales.
Hoy la agricultura periurbana es sinónimo de proximidad, de salud, de calidad de vida, de zonas de recreo, de zonas de negocio, de espacios naturales, de patrimonio cultural y agrícola, y de políticas alimentarías desde la ciudades.